
8 Cosas que aprendí al mudarme al extranjero
Irse a un nuevo país nos abre las puertas a nuevas y emocionantes oportunidades que nos ayudan a desarrollar otras perspectivas sobre nosotros mismos que nos terminan cambiando la vida. Cada aspecto de tu vida va a ser nuevo y hasta cosas del día a día pueden parecer más difíciles de lo que son. Algunos días te pones a pensar si tomaste la decisión correcta, y otros miras a todo lo que conseguiste con agradecimiento.
Hola a todos, bienvenidos, Mi nombre es Julieta y soy una argentina viviendo en Ámsterdam y hace poco se me ocurrió hacer un post sobre todas las cosas que me hubiera gustado saber antes de venirme a Europa o que fui aprendiendo en estos últimos dos años después de haber vivido en París y ahora en Ámsterdam.
Yo creo que los cambios son buenos. Los cambios frecuentes nos empujan a hacer las cosas mejor y te convierten en una mejor persona, que es capaz de hacer frente a todo lo que la vida les ponga adelante. Está comprobado que los cambios pueden enriquecernos y hacernos observar la realidad más de cerca. Mudarse a otra ciudad o país siempre es un evento estresante, pero va a hacer que trabajes en vos mismo y aprendas cosas nuevas.
Y cuando te pones a mirar al país al que te mudaste, hay tantas cosas increíbles, como la gente, la cultura, la comida y el idioma. Y esto te lleva a aprender que hay diferentes formas de vivir, y diferentes formas de verte a vos mismo.
Siento que aprendí muchísimas cosas y que me pasaron cosas muy divertidas (y otras no tan divertidas) que le pueden ser útiles a todos aquellos que estén pensando en mudarse a otro país o que ya viven en otro lugar.
Creo que es super importante compartir nuestras historias, porque nunca sabemos quien puede estar del otro lado necesitando un empujón. Compartiendo todas las cosas que sabemos podemos ayudar a mucha gente en el proceso y todos necesitamos rodearnos de gente que vayan para el mismo lado que nosotros.
Una de las primeras cosas que aprendí fue
1 – Elegir ese lugar que también te elija a vos.
Antes de venir a Ámsterdam viví en París, y más allá de que amo la ciudad, hice amistades super importantes y fue mi primera experiencia viviendo en el extranjero, al final del día no sentía que fuera el lugar para mí. Después de un año me mudé a Ámsterdam y fue como amor a primera vista. A lo que voy es que es válido probar varias ciudades o países hasta sentirnos a gusto, y hasta que sintamos que no solo elegimos esa ciudad sino que ella nos elige también a nosotros. No significa que las cosas vayan a ser simplemente más fáciles, pero al estar completamente seguros de que ese es el lugar en el que queremos vivir, nos hacemos más fuertes y resilientes.
Otra gran lección que aprendí es la de
2 – Confiar en nosotros mismos
Especialmente cuando decidimos mudarnos a otro lugar. Muchos de nosotros dejamos a nuestra familia, o un trabajo estable o nuestra casa o cualquier cosa importante, y confiar en nuestro instinto de probar una vida en otro lugar no siempre es fácil. Creo que esto aplica también para las personas que todavía no tomaron la decisión. Salir de tu forma de confort, en mi opinión, siempre es algo bueno, y si crees que esto te llevaría un paso más adelante a la vida que te ves para vos mismo, entonces no estaría mal probar.
Tercera cosa importante para todos
3 – Si estás viviendo en un país en el que no hablas el idioma, date tiempo a aprenderlo.
No todos aprendemos al mismo paso y a veces podemos sentirnos frustrados al sentir que no avanzamos con la rapidez que querríamos. Me ha pasado de mirar esos videos en YouTube de gente que te dice que “podes hablar holandés fluido en 3 meses si seguís todos estos pasos” y nos súper frustramos porque pensamos que podríamos estar haciendo mucho mejor. Cuando ya el hecho de estar intentándolo es lo realmente importante.
Y Viviendo en Francia cometí el error de no darle importancia a aprender francés, lo que me hubiera facilitado mucho la vida, a veces pensamos que para que aprender un idioma si es super difícil y nunca sabemos cuanto tiempo vamos a vivir en este país. Pero siento que si nos tomamos el tiempo de verdad va a llegar a valer la pena. Ahora viviendo en Ámsterdam estoy tomando clases y más allá de que no estoy ni cerca todavía de hablar fluido, sé que es algo que llega si le damos tiempo.
Otra de las cosas esenciales que aprendí es que
4 – Uno si se puede hacer nuevos amigos, no es imposible.
Amigos de esos que sentís que los conoces de toda la vida. Que comparten tus experiencias, miedos y problemas, y se vuelven tu familia en tu nuevo hogar.
Sinceramente, yo creo firmemente en que las personas en general son buenas y vale la pena confiar en ellas. Mudarse constantemente y vivir en diferentes países me demostró que es mejor confiar en los demás, hacer nuevos amigos y dejar que la gente te ayude. Cuando estás en el extranjero, tenes que confiar en vos mismo, pero a menudo pedir un favor a otros no esta de más.
También aprendí que
5 – La edad no importa
Escuché muchísimas veces el “Ya estoy grande para cambiar mi vida de forma tan radical”, o “No crees que ya estás grande y deberías empezar a pensar en asentarte?” ¿Pero saben qué? Es cierto que el tiempo avanza y todos vamos creciendo, pero aprendí que nunca es demasiado tarde para los cambios y que siempre podemos perseguir nuestros sueños. La gente no debería desanimarse por su edad, todo lo contrario. Cuando sos mayor, tenés más experiencia y sabes lo que queres de la vida. Debes desarrollarte más, inscribirte en cursos, aprender idiomas, abrir tu propio negocio; sin dejar que tu edad te limite.
También aprendí que
6 – Extrañar es algo real y no todos lo vivimos o expresamos de la misma forma
A veces siento que extrañar es parte del paquete que compramos cuando decidimos irnos a vivir a otro lugar, y necesitamos encontrar formas personales con las que vivirlo. Algunas personas extrañan más al principio, otras más después de pasado un tiempo cuando ya estamos asentados. No creo que haya una fórmula perfecta para no extrañar, pero creo que si es importante poner tiempo en mantener el contacto con nuestra familia y amigos lo más que podamos.
Y a esto viene otra cosa que aprendí
7 – Es muy importante educarse sobre la cultura del país en el que vivís
Esto te abre muchas puertas. Recomiendo ver programas de televisión, probar diferentes comidas e interactuar con personas nativas. Aunque sean tus vecinos o amigos de amigos.
Y la última y una de las cosas más importantes que aprendí es que
8 – Nunca nada sale exactamente como lo planeamos
Debo reconocer que soy de las personas que creen que una vida no planeada es la mejor de todas. Aprender a adaptarme a cosas nuevas me volvió una persona resiliente, y me hace confiar en que puedo lograr todo lo que me proponga.
Todo en la vida tiene su parte difícil. Lo importante es como elegimos manejarlo. Y eso te hace ser vos. No dejes que nadie te diga que lo que estás haciendo no está bien, si eso es lo que queres.
Vale la pena probar cosas nuevas. El miedo y la ansiedad me acompañan a menudo, pero en los últimos años aprendí a apreciar las nuevas experiencias. Gracias a mudarme al extranjero conocí a gente increíble y si hubiera escuchado lo que otros dicen, tal vez no estaría acá.
El mundo es demasiado lindo para no salir a verlo. Y por mundo me refiero a todo: tu provincia, tu país, tu continente, tu planeta. Asomar la cabeza y espiar que hay más allá del horizonte. Con tantas cosas mágicas para ver y vivir, no deberíamos quedarnos siempre quietos.